El aumento de la siniestrabilidad hace perder beneficios de hasta un 30% menos.

Pelayo ha cerrado los primeros 6 meses del año con un beneficio neto de 2.88 millones de euros, lo que supone una caída de casi el 30% comparado con los 4.10 millones cosechados en el año 2020 en este mismo periodo. La aseguradora afirma que este descenso de ganancias se debe a una notada caída de siniestrabilidad debido al confinamiento producido por la crisis sanitaria vivida en estos casi dos últimos años.

El ratio de siniestrabilidad, en el mismo periodo de un año a otro, ha aumentado de un 59.2% frente a un 65.2%. Según datos proporcionados por la mutua, esta diferencia de cifras es debida al menor uso del vehículo debido a las restricciones implantadas en esta pandemia.

La facturación alcanzó los 161.6 millones durante el semestre, pero, esto supone una caída del 6.2% respecto a los 172.32 millones de un año atrás, mientras que la totalidad de pólizas se sitúan en 1.1 millones de euros. Dentro de la facturación, precisamente el ramo más importante para Pelayo es el de autos, cuya facturación se sitúa en 130.4 millones alcanzando 803.926 pólizas.

Agropelayo, sociedad a través de la que opera el seguro agrario y donde Pelayo es socio al 50% con Agromutua, alcanzó la cifra de 78 millones de euros con pérdidas debido a la elevada siniestrabilidad del primer semestre debido, principalmente, a los distintos eventos climatológicos sucedidos ese año.

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